El verano varsoviano ha empezado. Se fue la Eurocopa y llegó el sol. El calor de la jornada se convierte, día sí día también, en diez minutos de agua que todo lo lava para dejar paso de nuevo al bochorno. Faltan dos semanas y media para que empiece cualquier evento deportivo que capte minimamente mi atención, centrada ahora en el vaivén de los alegres y estivales andares mujeriegos. ¡Gracias calor por existir!.
Casi siempre lo immediato no nos da tiempo para reflexionar. La Eurocopa de Ucraina y Polonia ha sido un evento de tal intensidad mediática que no me ha dejado ver el bosque, mi bosque. Hoy, después de casi un mes y por gentileza de la web amiga periodistasanonimos.com, me he vuelto a ilusionar.