El verano varsoviano ha empezado. Se fue la Eurocopa y llegó el sol. El calor de la jornada se convierte, día sí día también, en diez minutos de agua que todo lo lava para dejar paso de nuevo al bochorno. Faltan dos semanas y media para que empiece cualquier evento deportivo que capte minimamente mi atención, centrada ahora en el vaivén de los alegres y estivales andares mujeriegos. ¡Gracias calor por existir!.
Casi siempre lo immediato no nos da tiempo para reflexionar. La Eurocopa de Ucraina y Polonia ha sido un evento de tal intensidad mediática que no me ha dejado ver el bosque, mi bosque. Hoy, después de casi un mes y por gentileza de la web amiga periodistasanonimos.com, me he vuelto a ilusionar.
Antes de contar los sucedido me gustaria hacer balance del tercer europeo conquistado por el Imperio dónde siglos ha jamás se ocultaba el sol. Ha sido un torneo mediocre a nivel de estádisticas y de juego desplegado. La emoción ha sido el ingrediente más presente, el único que siempre dá el callo en este tipo de competiciones. La gran e unida España, como en el mundial, ha realizado un torneo decepcionante. Un partido bueno en todo el torneo y a la saca. Tengo la sensación que el futbol de selecciones es un suspenso flagrante de conceptos, ideas e interpretaciones futbolísticas.
La maquinária propagandística que forman los medios de desinformación nos ha comido el coco promocionando un evento destinado a enaltecer el sentimiento nacionalista de los habitantes de la vieja Europa. Grácias a dicho torneo diarios, televisiones con derechos y radios, así como sponsors, marcas deportivas e industrias de todo tipo han hecho su agosto. ¡Viva el capital! Pero la fiebre remitió y la calma chicha le permite a uno pensar con tranquilidad.
Hace poco, un internauta inglés muy majete decidió editar y colgar un video bastante emotivo que mi página de opinión futbolística preferida, ya mencionada en este post, ha publicado hoy. Se trata de una corta retrospectiva de los cuatro años de Guardiola como entrenador del Barcelona. Sencillo, bonico y con buena música aunque algo tópica. Pasen y vean.
Al termino de la película, además del bravo y los aplausos, una sensación añeja y repetida me ha recorrido el cuerpo. Es la misma sensación de cada verano desde hace, lo menos, dieciocho años. Guardiola se fue, ya no está. Lo echaré de menos pero... Pero el equipo sigue. Y vienen caras nuevas, jugadores que ilusionan. Vaya bandas que habrá este año. Derecha: Alves / Montoya con Xavi de interior más Alexis o Pedro. Casi ná. Y la izquierda: Alba y ojalá Abidal, con Andrés y Villa o Alexis. Mama miedo. Y Mascherano y un descansado Puyol, con Busquets y Thiago y Valdés y su juego de pies. Y Messi, ¡ay con Messi!. El marciano de Rosario ha mejorado sus prestaciones año si año también desde que subió al primer equipo. No espero que suba más, aunque estoy seguro que lo hará.
Pases, paredes, velocidad de circulación, desplazamientos largos, presión, meterse por bandas, ahora por el centro, ahora la ves y ahora ya no, entrar hasta la cocina, jugadas de fantasía, instito asesino... Al todo fútbolistico le quedan dos semanas y cuatro días para volver a maravillar, ahora con Vilanova, con alguna que otra sorpresa de la cantera y con un equipazo que se conoce hasta en Cuenca, ¿eh Juanito?
Por cierto, la sensación de cada verano es la ilusión de una nueva temporada de mi equipo, el F.C. Barcelona. No busquen imitaciones, todas seran malas, incluso esa Roja de la que tanto presumen.
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